Lo trato con el mayor cuidado y consideración del mundo.
Semejante a mi hijo, mi creación.
Germina de mi interior y brota por mis manos con amor y perseverancia. Al igual que una planta delicada, necesita sus cuidados y mimos, el saber aguardar, aquí no existe la prisa.
El proceso es lento, pero la espera merece la pena. Únicamente se debe tener paciencia y constancia y saldrá algo muy bello y perfecto.
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