
La chica procuraba dominar una incómoda ansiedad que parecía estrechar sus pulmones. Como una actriz primeriza, ahora que se aproximaba el momento de salír a escena, lo habría dado todo por renunciar a su papel principal y poder sentarse en las butacas, bajo el ambiente de la penumbra, la seguridad y el públido. Pero no era posible... Nadie podía sustituírla en aquella representación...y el telón había empezado a ascender... ¡COMENZABA LA FUNCIÓN! Entonces la chica llegó a la conclusión de que para ella subír al escenario siempre sería como la primera vez y que una vez que se pusiera delante del margen del foco olvidaría cualquier duda y se sentiría abrazada por el público. Que cuando la función terminara disfrutaría del éxito y los aplausos y entonces...SOLO ENTONCES sintió que ése era su momento y como en un cuento con un final felíz salió a escena disfrutandolo como si fuera la última vez :D ...












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