miércoles, 27 de septiembre de 2017

El barco que no quiso ver el faro...



Muchas veces te encuentras en la tesitura de querer ayudar a alguien..., sientes ésa necesidad latente en tu interior de calmar ésa voz voluntaria y empática. Es como si te sintieras más útil así, como si fuera parte de tu cometido en la tierra el intentarlo, el hacer sentir mejor a las personas.., MOTIVARLAS, a querer ser mejores, a que no dejen de lado sus sueños...y cuando no lo consigues, es tan frustrante...el QUERER y NO PODER..., porque quizás hay cosas que no se puedan cambiar, Lugares o Personas que tengan escrita la palabra IMPOSIBLE en sus fachadas, es un virus negativo que a veces se transmite y atrapa almas, se instala en el ambiente y en las mentes de las personas e impiden que sean felices, que antes de intentar algo se den por vencidas. 
Pero para ti ésa palabra NO EXISTE, te niegas a creerlo, por eso luchas y combates contra ella e intentas inculcárselo a quienes están cerca de ti y aprecias. Lo que ocurre es que por más que te resistas y te niegues a creerlo, hay quienes no se quieren dejar ayudar, es como luchar contra la tormenta o esperar lluvia en plena sequía, inútil y frustrante.., te quema y acaba por desgastarte, así que...¡ríndete!, sólo en ésa batalla, quizás sea mejor dejarlo estar o acabará por desgastarte a ti también...
Vienes a dar luz al mundo, al igual que un faro en la oscuridad, y tu intención es buena pero no todos quieren recibirla, puede que estén enfrascados tanto en su propia tormenta que su barco vea la ayuda y pase de largo, que prefieran seguir sumidos en el ojo del huracán..
Mi consejo es que puede que necesiten encontrar ellos solos la claridad, sólo ellos mismos pueden ayudarse.., sigue tu camino, explora el mundo y vive experiencias, aliméntate de todo lo bueno que te ofrece la vida, sigue como eres y no dejes que nadie te haga cambiar tu filosofía sobre la felicidad, créeme siempre habrá alguien dispuesto a escucharla.  

1 comentario:

Yaki Safer dijo...

Siempre! No todas las personas tienen ese don de ser empáticos, para nada. Yo tambien soy una persona que me gusta que la gente sea feliz y siempre que se dejan intento ayudarlos, pero cuando se ponen su coraza ay amiga! ahí no entra ni el tato... y lo mejor es darte la media vuelta y continuar con tu vida. Que cada cual libre su propia batalla